Distribución de Partituras

lunes, 13 de septiembre de 2010




Uno de los cometidos más importantes que abordamos los editores de música es sin duda la promoción de nuestros autores y sus obras. En el caso de la música sinfónica los elementos fundamentales para la promoción son las grabaciones y las partituras.
La mayoría de editores de música sinfónica no tienen a su alcance la posibilidades de realizar grabaciones y mucho menos su edición y distribución, puesto que su coste supera, con mucho, los posibles rendimientos económicos que se puedan derivar por el uso posterior de las obras. No disponer de las grabaciones de nuestras obras ha sido siempre un gran problema. Pero esto está cambiando gracias a “Youtube”, cada vez más los intérpretes realizan grabaciones en directo de sus conciertos y los cuelgan en él, aunque la calidad suele ser baja, en muchos casos, sí que sirven como referencia sonora de nuestras obras. Además, tienen la ventaja de lo fácil que resulta añadir links en nuestras propias páginas web o la de poder enviar estos links directamente a nuestros usuarios. Estos usos no entran en conflicto con los distribuidores de grabaciones musicales, puesto que las grabaciones de música contemporánea nunca han sido rentables y su edición, en caso de producirse, lo ha sido por la ayuda de las subvenciones.
La partitura es el otro elemento fundamental en música sinfónica. Sin ella no es posible interpretar las obras. La función del editor en este sentido es hacer una publicación profesional de la misma. Los que estamos bastantes años en esta tarea, hemos vivido las dificultades para realizar unas buenas ediciones. Así como en el texto se desarrollaron sistemas para facilitar su composición, como la tipografía, linotipia y más reciente la fotocomposición, la música siempre ha tenido que realizarse de una manera artesanal. No obstante, los medios informáticos también han puesto a nuestra disposición programas, como el Finale o el Sibelius, que pocos años atrás hubiera sido difícil imaginar
En estos momentos con la aparición de la Web 2.0 se nos abren nuevas posibilidades tanto de promoción de los catálogos, como para la circulación de la propia partitura, aunque de momento parece difícil su control y en consecuencia, con el peligro de perder rentabilidad, sin la cual no es posible desarrollar nuestra labor.
Los Editores Sinfónicos siempre hemos sido vendedores de papel, en estos momentos se están desarrollando las plataformas de distribución de libros digitales; como siempre, la música se ha quedado rezagada dentro de este fenómeno. Las grandes editoriales internacionales de partituras, de momento, no parece que estén trabajando en el desarrollo de estos nuevos sistemas, hoy por hoy, veo lejos el día en que las orquestas profesional interpreten obras con atriles digitales, pero todo se andará.
Recientemente COMUSICA ha organizado unas jornadas para sensibilizar a las tiendas de música, a trabajar las partituras, en ellas se llegó a la conclusión que las partituras y libros de texto pueden ser, más que un complemento, para garantizar la rentabilidad de este tipo de negocios. Con algunas excepciones las tiendas trabajan mal o muy mal las partituras, dicho por ellos mismos no disponen de un especialista o, como mínimo, un aficionado para controlar este departamento. Sin duda debemos intensificar el encuentro entre editores y comerciantes. No hay que olvidar que los escaparates de las tiendas siguen siendo un buen reclamo para nuestras obras.
A la distribución tradicional de partituras, editor, distribuidor y tienda de música, ahora es posible complementarla con otra, de distribución de ficheros a través de la red, con el fin de que los destinatarios los impriman por sus propios medios, para ponerlas en el atril. A mi juicio este nuevo sistema, aunque posea una gran agilidad, hay que utilizarlo con precaución y para casos concretos.
Jesús Piles

0 comentarios:

Publicar un comentario